Masajes manuales

Es una técnica de masaje terapéutico y estético que se utiliza para mejorar el correcto funcionamiento del sistema linfático, mediante unas maniobras específicas que siguen el trayecto natural de la linfa. Principalmente se aplica en edemas, tratamientos estéticos postcirugía, trastornos circulatorios sanguíneos- linfáticos, celulitis, adiposidad localizada, obesidad y estrés.

El masaje descontracturante se utiliza para relajar los músculos con el fin de aliviar las tensiones que pueden producir en ellos el estrés, la falta de descanso o las malas posturas.

Así, este masaje no solo es altamente recomendado para aquellas personas que, por un exceso de ejercicio físico, hayan podido cargar algún músculo. También para aquellas otras personas que, por un estilo de vida sedentario, fuerzan ciertas posturas o adoptan otras poco convenientes.

Este masaje es perfecto para activar la circulación sanguínea, también para aliviar el sistema linfático.

El masaje reafirmante, también llamado estimulante o tonificante, nos ofrece una mejora en el tono muscular y del tejido cutáneo, especialmente para la prevención y el tratamiento paliativo de la flacidez en abdomen, brazos, piernas y glúteos, zonas muy críticas en la estética corporal. También se aplica en los tratamientos de «puesta en forma» sobre todo en situaciones como, por ejemplo, astenia en los cambios de estación, preparativos para la práctica de algún deporte, después de una enfermedad ya superada, etc. El masaje reafirmante estimula de forma rápida la circulación sanguínea mejorando el trofismo del tejido muscular y cutáneo, y aumentando la contractilidad muscular, gracias al ritmo medio-rápido y enérgico de las maniobras. La dirección de las maniobras es la de las fibras musculares (longitudinal y/o transversal) siguiendo trayectos antigravitatorios.

El masaje circulatorio lo aplicamos sobre las alteraciones estéticas derivadas del sistema venoso, especialmente en las extremidades inferiores: edemas y estasis venosas superficiales.

el masaje circulatorio venoso se comienza por la planta del pie, es decir, con sentido centrípeto hacia el corazón, con un ritmo lento y de intensidad media- superficial.

El cliente se beneficiará si elevamos las extremidades inferiores unos 20 cm, elevando el extremo distal de la camilla. Cuando el cliente está en la posición de decúbito supino (“boca arriba”), utilizamos el apoyo debajo de la rodilla para la mayor relajación muscular de la pierna.

Es la acción mecánica de las manos sobre la piel con unos movimientos, que denominamos manipulaciones, realizados con un ritmo y una velocidad determinada, y que tienen su efecto más inmediato sobre la piel, el sistema nervioso, el sistema circulatorio o el sistema músculo-esquelético.

Es una técnica basada en la estimulación de puntos sobre los pies, denominados zonas de reflejo.  Estas zonas de reflejo corresponden a distintas partes del cuerpo, por lo que masajeándolas de forma indirecta o refleja (de ahí el nombre de la terapia) los órganos, músculos u otras partes del cuerpo reciben un estímulo curativo.
Por supuesto, además de este efecto reflejo, hay un efecto local en los pies muy importante y útil para tratar y prevenir muchos problemas de los mismos.